martes, 8 de mayo de 2007

Burt Lancaster




Burt Lancaster (2 de noviembre de 1913 - 20 de octubre de 1994) fue un actor estadounidense perteneciente al cine clásico americano, de fuerte atracción y energía, su figura fue sinónimo del hombre galán y rudo.

Nació en Nueva York con el nombre de Burton Stephen Lancaster, como uno de cinco hijos de un trabajador de correos. Creció en el Harlem oriental y pasaba muchas horas en la calle, donde desarrolló su interés y su habilidad por el ejercicio físico y la gimnasia. Más tarde trabajó en el circo, hasta que un accidente le obligó a abandonar esta profesión.

Durante la Segunda Guerra Mundial Lancaster actuó en espectáculos del ejército. Aunque al principio la interpretación no le atrajo, cuando volvió del servicio militar intentó ser actor y recibió una oferta para un papel en una obra teatral en Broadway.

No tuvo éxito, pero un agente de Hollywood se fijó en él, y le consiguió en 1946 su primer papel cinematográfico, en la película Forajidos. En esta ocasión Lancaster sí tuve un éxito considerable, de forma que intervino al año siguiente en otras dos películas.

A partir de allí, actuó en numerosas producciones, desde dramáticas y de intriga, hasta bélicas y de aventuras. En varias de sus películas de aventuras, que alcanzaron un gran éxito de taquilla como El halcón y la flecha, El temible burlón y El Pirata Carmesí, le acompañó en el reparto su antiguo amigo y compañero del circo Nick Cravat, también un gran acróbata y que solía representar personajes mudos, posiblemente debido a que su marcado acento de Brooklyn no entonaría demasiado con las épocas en las que se desarrollaban los argumentos de sus películas.

A mitad de los años 50 Lancaster desafió su propia capacidad de interpretación aceptando papeles exigentes y variados.

En la mayoría de ellos el actor, autodidacta, tuvo un gran reconocimiento del público y de los profesionales del cine. De esta forma se convirtió en uno de los grandes actores clásicos de su tiempo, al mismo tiempo que fue una estrella del cine.

Recibió en 1960 el Oscar al mejor actor principal por su papel en "El fuego y la palabra", por el que también fue galardonado con un Globo de Oro y el premio de los Críticos de Cine de Nueva York. Fue nominado al Oscar al mejor actor por otras tres películas, "De aquí a la eternidad" en 1953, "El hombre de Alcatraz" en 1962 y "Atlantic City" en 1980.

En una época más avanzada de su carrera, Lancaster abandonó las películas de acción y se concentró en interpretar papeles de personajes distinguidos, lo cual aumentó aún más su prestigio.

Trabajó en varias producciones europeas con directores como Lucchino Visconti o Bernardo Bertolucci. Interesado en papeles exigentes, estuvo dispuesto en más de una ocasión a trabajar por una compensación económica muy por debajo de la habitual si el guión y el director le parecían interesantes. Incluso ayudó a financiar con su propio dinero películas que considerable de un especial valor artístico. También produjo algunas películas del incipiente cine independiente, ayudando a directores como Sydney Pollack o John Frankenheimer a consolidarse en el mundo del cine. Asimismo apareció en varias películas producidas para la televisión.

Ya avanzada su vejez, dejó de ser persona pública y se retiró de la vida hollywodense, puesto que deseaba que se le recordase por su innegable estampa juvenil.

Lancaster fue una persona muy celosa de su intimidad. Estuvo casado en tres ocasiones y tuvo cinco hijos de esos matrimonios. Se casó con su tercera esposa ya en el ocaso de su vida, en 1991. A medida que se hizo mayor, su corazón comenzó a fallar, lo que le impidió seguir desarrollando su actividad profesional con normalidad. Tuvo que someterse a una operación a corazón abierto, y un ataque cerebral le obligó a usar una silla de ruedas, parcialmente paralítico. Lancaster falleció en 1994 en su casa de Los Ángeles como consecuencia de un infarto cardíaco.

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